Por eso en nuestra clínica damos tanta importancia a la higiene oral, le enseñaremos las técnicas de cepillado, guiándolo en un aprendizaje constante y eficaz.

Hemos de pensar que no todo el mundo sabe cepillarse adecuadamente, nosotros le enseñaremos un cepillado correcto, mediante cepillo, cinta dental, cepillos interproximales y revelador de placa. La cinta dental y cepillos interproximales nos ayudan a limpiar entre los dientes en zonas inaccesible al cepillo. También podemos valorar si nos dejamos placa en alguna zona por medio de los reveladores de placa.

Le aconsejaremos sobre la idoneidad de un cepillo dental manual o eléctrico y la técnica adecuada de higiene en cada caso. El objetivo de un buen cepillado es la eliminación de la placa bacteriana sin dañar el diente ni los tejidos blandos de la boca. En toda técnica de cepillado se ha de seguir un orden para no olvidar limpiar ninguna superficie dental, cambie la posición del cepillo tantas veces como sea necesario para alcanzar y limpiar todas las superficies dentales.

En el caso de la higiene oral manual, la técnica más adecuada es la de bass, en ella se coloca el cepillo en una inclinación de 45º con respecto al eje mayor del diente, de forma que las cerdas han de penetrar entre la encía y el diente, se realizan movimientos de vaivén de unos 2 mm y finalmente se hace un barrido de la encía al diente, es decir, “de lo rojo a lo blanco”.

Este cepillado se realizará en todas las caras de los dientes. En las superficies que sirven para masticar se hará un cepillado con movimientos circulares. Sería conveniente realizar primero un cepillado sin pasta, enjuagarse con agua, y posteriormente, efectuar otro cepillado con pasta.

Si utilizamos el cepillo eléctrico, lo colocaremos encima del diente, enfrentado al diente y tocando la encía y lo dejaremos un rato en cada superficie dental para que gire y haga él los movimientos de limpieza para los que está programado.

El cepillo debe de tener una serie de características: ha de ser de cabezal pequeño, para tener acceso a cualquier superficie dental, los extremos han de ser redondeados para no dañar el diente ni los tejidos blandos, y ha de ser blando o como mucho de dureza media. El cepillo ha de ser renovado al menos cada tres meses.

Para completar la higiene oral hemos de pasar diariamente entre los dientes la cinta dental y/o los cepillos interproximales.

La cinta dental ha de ser cómoda de pasar, se cortan unos 45 cm de seda y se enrolla alrededor del dedo medio de cada mano, el hilo se sujeta entre los dedos índice y pulgar, dejando un tramo entre ellos no mayor de 2 cm, ya que si el tramo es más largo se podría lesionar la encía al introducirlo, una vez bien sujeto se pasa por el punto donde contacta un diente con otro y luego lo ponemos en forma de «C» apoyándolo y adaptándolo a cada superficie interproximal (caras entre  los dientes).

Cuando los espacios entre los dientes son más anchos es recomendable utilizar los cepillos interproximales, diseñados en distintos grosores y formas, adaptados al tamaño del espacio entre los dientes.

Tanto la utilización de la cinta dental como de los cepillos es relativamente difícil, pero con un poco de práctica se adquiere la habilidad necesaria en poco tiempo.